Fábrica de alfajores Jorgito, Treinta y Tres Orientales 1840 |
José A. Fernández en su calidad de presidente y el vicepresidente Amador Saavedra, hicieron de Alfajores Jorgito una empresa con mentalidad de avanzada, en la búsqueda constante de la excelencia, manteniendo durante todos estos años un nivel de calidad autoexigente y líder en el mercado.
Su planta se encuentra en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Boedo, con más de 7000 m2 cubiertos, lo que ha permitido abastecer al mercado nacional.
El mayor consumo se registra en Buenos Aires tanto en capital como en provincia ganando espacios en la distribución en las grandes capitales del interior.
El Jorgito que dio origen a la marca de alfajores en realidad era el hijo del dueño de una pequeña fábrica que producía bizcochuelos y alfajores para panaderías. A fines de los 50, la planta fue adquirida por Fernández y Saavedra, que antes que elegir un nombre nuevo decidieron conservar la marca y relanzar el alfajor apuntando a insertar el producto en los quioscos de las escuelas.
En épocas en que el marketing era una palabra desconocida para los empresarios argentinos, la elección de una marca era un proceso completamente intuitivo, en el que las decisiones las tomaba un dueño. Este carácter artesanal, sin embargo, no fue un obstáculo para que marcas de alfajores, galletitas o golosinas que nacieron para conquistar a los niños argentinos de hace 50 o 60 años hoy continúen vigentes y resistan sin problemas la invasión de productos multinacionales.
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