martes, 11 de agosto de 2020

Fábrica de Ferrarini

Fábrica de Ferrarini 
En la esquina suroeste del barrio de Boedo, en la manzana de Muñiz, Gibson, Avenida La Plata y Rondeau se encuentra, en completo estado de abandono, el edificio de tres plantas de aspecto industrial de comienzos del siglo XX donde funcionó la fábrica de José Ferrarini. 
Fábrica de Ferrarini sobre Muñiz al 2000 
 José Ferrarini había nacido en las cercanías del lago de Como en 1886. Llegó a Argentina en 1907 y, de inmediato, se puso a trabajar como dependiente en una metalúrgica donde demostró parte de sus saberes importados sobre la fabricación de tela metálica. Su alta calificación le produjo un inmediato ascenso a capataz y la confianza necesaria –a sus 23 años– para casarse con Teresa Morini, integrando una familia, prolífica con el paso del tiempo, a través de cuatro hijos: Rodolfo Salvador, Catalina Teodolinda, Gerardo José y Celia Camila.
La industria que lo empleaba, debido a su mala administración, empezó a deberle salarios, situación por la cual José imaginó la manera de independizarse: pactó con sus patrones la entrega de un telar y una máquina de hacer clavos para compensar la deuda, e instaló su taller propio en Avenida La Plata 2026. Un modesto emprendimiento que creció al vertiginoso ritmo de la aceptación de su producción y el ilimitado esfuerzo operario.
Avenida La Plata 2026
Aquellos productos iniciales se diversificaron en gran variedad de objetos metálicos: camas de hierro esmaltadas de varios tipos; tejidos para elásticos; artículos para hospitales, asilos y colegios; mesas, sillas, atriles; máquinas para fabricar pastas; alambres galvanizados; arcos, sombrillas, puertas y portones artísticos de hierro forjado, glorietas, tejidos de malla para gallineros, enrejados; ganchos, remaches, chavetas, tornillos, roscas, resortes, arandelas…
Esta gigantesca fábrica llegó a tener instalados más de cien telares metálicos mecanizados, dos calderas automáticas para recosido de alambre, aparatos para trafilarlo y cientos de máquinas para operaciones menores atendidas por obreros especializados. El empeño, la calidad y la particularidad de la producción de Ferrarini habían construido un verdadero emporio industrial que llegó a tener cerca de 800 empleados, entre operarios y administrativos.

Fábrica de Ferrarini sobre Muñiz al 2000 

Ferrarini, mientras tanto, comenzó –desde 1934– a adquirir propiedades en el ramo hotelero e inmobiliario en las sierras de Córdoba, particularmente en el Valle de Punilla, desarrollando un verdadero emporio hotelero en Huerta Grande, La Falda y Valle Hermoso como culminación de su ambiciosa trayectoria emprendedora en la Argentina que dejaron su huella inicial en el barrio de Boedo.






Pronto la inicial fábrica de camas y tejidos de alambre mltiplicó su producción y llegó a adquirir los circundantes en la propia manzana para levantar el enorme establecimiento, que caracterizaría a la firma a fines de la década de 1920, gracias a un crédito del Banco Nación
La empresa creció a tal punto que, en 1943, quedó constituida en la ciudad de Buenos Aires la “Sociedad Anónima Industrial y Comercial José Ferrarini”, establecimiento modelo de la rama metalúrgica en la República Argentina, que mantuvo un elevado nivel de producción hasta la década de 1970 en que la importación indiscriminada produjo la ruina industrial del país cuando daba lo mismo “fabricar acero que caramelos”.
El establecimiento de Av. La Plata 2026, mientras tanto, siguió activo con su rubro de caños y chapas metálicas hasta hace poco tiempo –de hecho aun figura en las guías industriales– aunque el edificio  de las tres plantas de Muñiz estuviera desactivado y, en un vano intento de rescate, sometido a una operación de fallido reciclado, hace un par de años.
Luis Rico Alcázar, presidente de Jallalla SA, la firma desarrolladora, afirmaba: “El plan de negocios elaborado por nuestra compañía define el camino y los pasos que deberá cumplir el administrador del emprendimiento, que en nuestro caso es el denominado Fideicomiso Desarrollos Inclusivos I. Por tal razón se dividió la ejecución del complejo en cuatro etapas recaudatorias y estamos transitando la primera, la que, una vez concluida, permitirá disponer de los fondos para dar inicio de las obras, lo que estimamos será en julio próximo”. La inauguración del proyecto que demandaba una inversión cercana a los 20 millones de dólares nunca se concretó.
La ambiciosa operación que contaba con un fideicomiso nunca concretado planteaba: “habrá espacios de esparcimiento e interés general, como un sector histórico involucrando la historia del edificio y del barrio, museo, biblioteca, plaza de juegos, patio de comidas, plazas secas, una pajarera y un observatorio astronómico”.

Fábrica de Ferrarini: Ayer y hoy

No hay comentarios:

Publicar un comentario