sábado, 15 de agosto de 2020

Locales comerciales de Boedo


San Juan y Boedo hacia 1945
San Juan y Boedo en la actualidad



















Originariamente, el espacio que ocupa el barrio de Boedo era un territorio compartido entre los barrios de Almagro, San Cristóbal y Parque de los Patricios. Allí había hornos de ladrillos, tambos, molinos panaderos, pulperías y almacenes. A principios del siglo XX comienzan a aparecer los cafetines, el tango y los poetas.

Bar "La Puñalada" en Boedo y Rondeau , década del 30
La ciudad de Buenos Aires lo incorporó al catastro municipal el 6 de marzo de 1882, cuando aún era una zona semi-rural que rodeaba a la calle Boedo. Esta calle era una importante vía de circulación, utilizada en las últimas décadas del siglo XIX por vehículos de tracción a sangre y por las tropillas de animales. Ya entrado el siglo XX, llegan a la zona los primeros tranvías eléctricos. 

Boedo hacia el Sur desde la garita de Idependencia, década del 30.
La red tranviaria constituyó uno de los factores de afincamiento de los primeros pobladores. El proceso de crecimiento apuntado tuvo particulares características en la barriada conformada en  torno a la calle Boedo. Era un lugar de quintas, de varias hectáreas de superficie, que sufrió un proceso continuo de loteo, apareciendo los predios de dimensiones tradicionales a bajo costo ocupados mayoritariamente por los inmigrantes, situación extendida hasta las tres primeras décadas del siglo XX.​
Podríamos citar como antecedentes valioso el dictado de la ley 522 sancionada por la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires en 1867, por la cual se extendieron los límites de la Capital Federal, hacia el oeste, hasta una línea que conformarían hoy las Avenidas Juan B. Justo, Córdoba, Medrano, Castro Barros, Boedo y Avda. Sáenz. Más allá de este límite se encontraba el pueblo de San José de Flores, que era parte de la provincia de Buenos Aires.

Basílica San José de Flores
Sin duda la fijación del límite urbano en terrenos pertenecientes a los grandes propietarios de la zona los valorizó. Así comenzaron a poblarse las quintas al producirse su fraccionamiento y abrirse las calles. El camino que el 6 de marzo de 1882 tomó el nombre de Boedo, por disposición del presidente de la Corporación Municipal, Torcuato de Alvear. Constituía tránsito obligado de las tropas de ganado que se dirigían hacia el sur y así, el movimiento que ello provocaba incidió en que sus adyacencias iniciaran también un lento proceso de urbanización. Para esos años ya se observa un gran número de calles abiertas, en especial Europa (actual Carlos Calvo), Comercio (actual Humberto Iº), San Juan, Juan de Garay, Chiclana, etc. que permitían llegar al Paso de Gowland (Av. La Plata) o al Paso de Burgos (Puente Alsina).

Av. Chiclana hacia el NE desde Loria. Años 40
La calle Boedo se va convirtiendo, de a poco, en el centro de la actividades comerciales, educativas y artísticas para la población que se iba afincando en una amplia zona que abarcaba mucho más allá de los actuales límites del barrio de Boedo, que -según las Ordenanzas 23.698 y 26.607 se encuentra limitado por la actual calle Sánchez de Loria y las avenidas Caseros, La Plata e Independencia.
Colocación de rieles tranviarios sobre Avenida Boedo. Años 20


El desarrollo de la zona se produjo con la llegada del tranvía eléctrico. Boedo fue de las primeras calles testigos de este novedoso medio de transporte probado por primera vez en nuestro país en la ciudad de La Plata en 1892. En Boedo 750 Teodoro Vail constituye la empresa que se conocería con el nombre de la “La Capital”, siendo la primera que cambió la tracción a sangre por el sistema de electrificación. Su primer recorrido uniría Boedo con San José de Flores, inaugurándose la línea el 4 de diciembre de 1897, con una tarifa de diez centavos. 

Estación Vail: Carlos Calvo y Loria en 1897. Los tranvías a caballo conviven con los Imperiales (eléctricos).
Se utilizaban en aquellos años los denominados tranvías Imperiales, de dos pisos, cerrados abajo y abiertos arriba con una protección de lonas laterales. A partir de ese momento comenzarían a cruzar la barriada distintas líneas que llevaron el progreso en todas direcciones. Cuatro fueron las terminales con las que contó el barrio y es en los terrenos que ocupó una de ellas, bautizada precisamente como Estación Vail, en la calle Sánchez de Loria entre Carlos Calvo y Estados Unidos, donde –en poco tiempo más- se diagramará la primera plaza del barrio.
Plaza Boedo inaugurada en 2010
El paso del tiempo y la modernidad no afectaron  el estilo del barrio sino que lo potenciaron.

Bares y cafés notables del barrio vieron desfilar a todos los grandes poetas y tangueros, cuyos espíritus siguen rondando entre esos lustrosos mostradores, como en el Café Margot.
Café Margot
Los espacios culturales que se ubican dentro de sus límites captan el carácter popular de barrio y se vuelven trascendentales.
No solo bares y espacios culturales conforman su atractiva oferta, sino además teatros, agrupaciones y clubes conforman el panorama cultural artístico del barrio.
Espectáculo en vivo en el Bar Esquina Homero Manzi
Los platos típicos, las parrilladas en sus bodegones y sus shows en vivo de tango le dan particularidad.



Pan y Arte es uno de los locales en Boedo que reúne restaurante, teatro y arte. Lleva casi 20 años en la zona y cada día se consolida más.

         Pan y Arte en Boedo al 800 es un espacio dedicado al arte y la gastronomía.                        
Un retorno al pasado, a la esencia porteña, al café a los bares notables y al tango porteño.
Una vuelta a lo clásico, a la decoración de los años 20 se convierte en parte de la nueva modernidad. En esta nueva tendencia, existen lugares que proliferan, se destacan y crecen permanentemente.

Café Margot, Av. Boedo y Pasaje San Ignacio
La mayoría de ellos son parte del barrio de Boedo que supo mantener una identidad clásica, a pesar de su lucha cotidiana con bares de diseños más modernos que ofrecen otros atractivos. Boedo se mantuvo firme en sus espectáculos de tango y en su austera decoración.
Cada rincón de la Ciudad de Buenos Aires, tiene una historia. Pero pocas de ellas trascurrían lejos de un bar o café. Los proyectos más ambiciosos fueron inspirados en alguno de los cafés notables de la Ciudad: las charla más profundas, los personajes más destacados de la historia argentina se sentaron a degustar un clásico café mientras decidían el futuro.
 Boedo sigue siendo uno de los barrios cuyos bares notables aún se conservan y compiten con el resto. Es cierto que Boedo no es ya aquel barrio que pintaran las letras del tango en las primeras décadas del siglo XX, comenzando con el creado en 1928 por Julio de Caro, el Boedo que aún mantiene su lugar de privilegio entre las grandes obras de la tanguística, que tuviera continuación en páginas inolvidables en la historia de la canción ciudadana que llevan los nombres -entre tantos otros- de José y Cátulo González Castillo, Homero Manzi, Julián Centella, César Tiempo, Sebastián Piana…

Las artes plásticas se inician podríamos decir en 1903 con la figura, hoy casi olvidada, de Orestes Assali, el primero que le dio a esta barriada de hoy un Gran Premio de Honor del Salón de Artes Plásticas, distinción obtenida a lo largo del tiempo por los grandes Maestros escultores Emilio Andina, Antonio Sassone, Agustín Riganelli, Sepuccio Tidone, Francisco Reyes, todos ellos caminantes de esta populosa barriada que, cuando aún no había aún tomado forma oficial la división territorial de los antiguos barrios, contenía en su espíritu a los habitantes que poblaban aquel suburbio capitalino que entonces se erigía hasta mucho más allá de las fronteras creadas en 1968 por la Ordenanza 23.698, favorecido por la calle Boedo que se había convertido, de a poco, en el centro de las actividades comerciales, educativas y artísticas.

Orestes Assali (1903-1987)

Orestes Assali (1903-1987)

Francisco Reyes - "Los hermanos norteños"








































Por el empedrado de entonces circuló el primer tranvía eléctrico inaugurado el 4 de diciembre de 1897. Fue la época (1898, 1901) que se abren las dos primeras escuelas de educación primaria de carácter oficial, que llegan para cubrir las necesidades de los hogares de obreros y empleados que, cada vez en mayor número, iban asentándose en la zona. En 1902 se abre en Boedo 943 (investigación de la Prof. Margarita Pierini-Univ. Nacional de Quilmes) el segundo de los Colegios Ganduglia, un establecimiento educativo asentado sobre un terreno de 900m2, con cancha de pelota, para alumnos pupilos y medio pupilos.

En este orden, Boedo tiene la segunda Universidad Popular de la Ciudad. (la primera había sido creada por Tomas Le Bretón en junio de 1917 en La Boca). En este caso fueron José González Castillo y César Garrigós quienes dieron a luz la Universidad Popular de Boedo que durante más de 20 años sembró cultura en las clases menos favorecidas de la población. Pocos años antes, en 1922 Antonio Zamora había creado la Editorial Claridad, que por más de 25 años iluminó en pensamiento americano. Su local de Boedo 837 fue frecuentado por los escritores y artistas del Grupo de Boedo.
Editorial Claridad

Un capítulo importante en esta reseña sobre la historia del barrio de Boedo lo constituye el movimiento que a partir de la segunda década del siglo anterior se gesta alrededor de los cafés, peñas, cines y teatros, en un periodo que se extendió por más de cuarenta años cuando conformaron el circuito de esparcimiento no solo de los pobladores de lo que sería el barrio de Boedo sino de todo el sector sur de la ciudad.
Café Dante, Boedo al 700
La mayor parte de los cafés de la época ofrecían también espectáculos musicales y muchos de ellos tenían su sala de billar. En 1917 se abría el Café Dante, famoso luego por haber sido el lugar de encuentro de los sanlorencistas. También como en El Japonés, donde se reunía la parcialidad del C.A.Huracán, grupos intelectuales se integraban en reconocidas peñas. El Aeroplano, en San Juan y Boedo se asomaba al panorama de los cafés de Boedo en la década del 20. Sucesivamente Nipón, Canadian y Homero Manzi, mudó parte de su fisonomía para convertirse en el elegante Café Notable Esquina Homero Manzi.

Café Notable Esquina Homero Manzi.

 La confitería Munich, el café Biarritz en cuya terraza en 1932 González Castillo  fundó en 1932 la mítica Peña Pacha Camac.
Café Biarritz, Boedo al 800
El café El Carpintero, por el apellido de su dueño, de San Juan y Loria, lugar de reunión de Manzi, Piana, los Sureda, Cátulo Castilo, Julián Centeya, músicos y poetas que dieron brillo a los años 40. El famoso Trianón, de Boedo y Pje. San Ignacio. Los teatros América y Boedo., los cines Los Andes, Nilo, Mitre, El Plata, Cuyo, Moderno, conformaron un circuito de esparcimiento y actividad cultural inigualable en otros barrios de la ciudad.

Teatro Boedo

Cine teatro El Nilo, Boedo al 1000

Gran Cine Cuyo, Boedo al 800

Cuando la historia se hace presente y el presente empieza a conformar la historia, el barrio de Boedo  intenta recuperar el brillo de aquellos años. Dos Cafés Notables, Margot y Esquina Homero Manzi, varios centros de actividad tanguera, el Museo Monte de Piedad del Banco Ciudad,

Museo Monte de Piedad del Banco Ciudad
donde funcionó la Peña Pacha Camac, el Espacio de Teatro Boedo XXI,

Espacio de Teatro Boedo XXI
la Biblioteca Migue Cané, decana de las bibliotecas públicas, donde trabajó por muchos años Jorge Luis Borges,
Biblioteca Migue Cané
las Biblioteca Mariano Boedo (en realidad, geográficamente en Almagro) y Lubrano Zas, ésta última de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo (JEHBB),

Biblioteca Pública Lubrano Zas
la muestra permanente de pinturas que se desarrollaba en el café Esquina Sur, actualmente cerrado, en el café Trianón y en otros cafés del barrio, el pequeño museo Homero Manzi , en el café que lleva el nombre del autor de Sur,

Museo Homero Manzi en el Bar Esquina Homero Manzi
las cerámicas de Alfredo Guido y Primaldo Mónaco, en la estación del subterráneo Boedo de la línea “E”, declaradas Patrimonio Nacional, invitan a un paseo en el cual, además, podrán guiarse a través de las más de 45 placas fileteadas por el Maestro Luis Zorz que la JEHBB ha emplazado en el frente de todo aquel edificio cuyas paredes atesoran alguna parte de la rica historia socio-cultural del único barrio al que le dio su nombre su calle principal. Descubrirá además las “Esquinas” Alvaro Yunque, Elías Castelnuovo, José González Castillo, Homero Manzi, Leónidas Barletta, Domingo Cura, Hugo Díaz, Francisco Reyes y la “Esquina de los Baleares” todas ellas bautizadas por la JEHBB como recuerdo y homenaje a tales personalidades.

Cerámicas de Alfredo Guido, Línea E
Mención especial merece el “Paseo de las esculturas de Boedo”, un museo “a cielo abierto”, único en un barrio de la ciudad de Buenos Aires. Proyecto llevado a la práctica por la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo, aprobado por la Ley 494/2000 de la Legislatura de la CABA, que autoriza el emplazamiento de 24 obras escultóricas en las aceras de la Av. Boedo, entre las intersecciones con Av. San Juan y Av. Independencia. Este emprendimiento posibilitado por el desprendimiento de los artistas escultores e instituciones que donaron sus obras (que hoy son parte del Patrimonio de la Ciudad y se hallan catalogadas por la Dirección de Monumentos y Obras de Arte) ) fue inaugurado en 2005 y a partir de allí en sucesivas etapas, se fueron descubriendo obras de los laureados artistas escultores Francisco Reyes, Alberto Balietti, Antonio Oriana, Arturo Álvarez Lomba, Leo Vinci, Oscar de Bueno, Julia Farjat, Elisa Dejistani, Oscar Stáffora y , Julián Agosta, hallándose próximas a emplazar esculturas de Marina Dogliotti, Javier Fontenla, Enrique Azcárate y Mónica Chames, a los que se agregan aquellas inauguradas con anterioridad, “Madre” de Francisco Reyes y un busto de José González Castillo, obra de Vicente Roselli.
 “Paseo de las esculturas de Boedo”
Homenaje a la madre Francisco Reyes
También con el Siglo XX llegó el tiempo del fútbol. Transcurría 1907 cuando un grupo de jóvenes corría tras una pelota por la calle México y Treinta y Tres, donde conformaban un equipo que denominaban Los Forzosos de Almagro. La historia es suficientemente conocida. El 1º de abril de 1908 nacía bajo la tutela del RP Lorenzo Massa, en el Oratorio San Antonio, el club San Lorenzo de Almagro. Desde aquel momento vestiría la casaca azul-grana que son los colores del manto de la Virgen María Auxiliadora. San Lorenzo de Almagro, ya en el mítico Gasómetro, se convierte en uno de los factores incidentes del desarrollo social y cultural del Barrio.
Padre Lorenzo Massa
Mural pintado por el Grupo Artístico de Boedo

Oratorio San Antonio, en México al 4000
Mural pintado por el Grupo Artístico de Boedo en Tejedor y Senillosa.
Boedo también es conocido por sus fábricas de cuero que van desde la avenida Boedo hasta la autopista 25 de Mayo (pegada a la calle Constitución) e Inclán.

Av. Boedo y Pavón
Av. Boedo y Pavón

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