jueves, 6 de agosto de 2020

Boedo Antiguo


Av. Boedo esquina Carlos Calvo en la década del 30
Hasta comienzos de la década del 50, Boedo circunscribía su radio de influencia comercial desde Av. Independencia hasta su cruce con la Av. San Juan. Sus anchas veredas con mesas, que la gran cantidad de bares, cafés y pizzerías extendía más allá de sus frentes y en dos o tres hileras, se convertían en bulliciosa platea con el ir y venir de los paseantes y el renovado público que concurría a los distintos espectáculos de cines o teatros. Desde ese momento, el atractivo comercial sobrepasó San Juan extendiéndose hasta Cochabamba, límite este, impuesto por la naturaleza del suelo que inicia una marcada pendiente, que a partir de esta última calle se prolonga durante 100 metros y que, por supuesto, desalienta a recorrerla. A partir de allí, como una barrera imaginaria, los almacenes de suelas y cueros delineaban la escenografía de un Boedo distinto, sin vidrieras iluminadas y con una actividad casi industrial que al atardecer se apagaba.

Boedo hacia el Sur desde los altos del Café "Dante", Boedo 745, en los años 30
La fluida cantidad de comercios que se instalaron en la cuadra del 1000 y su generalizada inquietud por ganar el favor del público fueron abonando un ambiente atractivo para incorporar este tramo al tradicional circuito de Boedo. Se preocupaban por renovar sus escaparates intensificando iluminación, aseo, y procuraban una buena comunicación entre los comerciantes,
Don Virgilio Tersoglio, dueño de la muy conocida casa de sombreros y artículos para hombres situada en Boedo 1038, transfirió el fondo de comercio a los Sres. Jaunzarás Hnos. y Rodríguez.
Los Sres. Abel, Juan y Hugo Jaunzarás y el Sr. Pedro Rodríguez, continuadores de la firma Tersoglio, “que la revista Aquí Boedo! de aquellos años calificara como los tres mosqueteros, que en realidad eran cuatro” como en este caso, sugirieron constituir una entidad comercial que agrupara a los comerciantes arraigados y respetados de la zona.
Entonces se nombró al Sr.Tersoglio para que se abocase al asunto y llevara a término los actos preliminares para realizar la primera reunión de comerciantes instalados en la zona y dejar constituida la entidad, que provisoriamente se denominaría “Asociación Comerciantes de Boedo”. En mayo de 1952 quedó fundada la entidad, bajo el nombre de ASOCIACIÓN AMIGOS BARRIO BOEDO.


asa Tersoglio, Boedo 1038
Entre los locales que existían en esos años señalamos los siguientes: Casa Resco, Casa Tersoglio, El Chic de Boedo, Casa Mayer, Casa Lucchetta, Modas Real, Librería Castaño, Camisería Clover, Tintorería Braile, Casa Marinelli, florería Los Dos Hermanos, Casa Barhi House Boedo 848, Calzado La Princesa Boedo 663, en el restaurante “Santa Lucía” de la calle San Juan 3564.

Una de las confiterías más importantes del barrio era la Confitería Bombonniere ubicada sobre Avenida Boedo 1047. En la década del 2000 cerró sus puertas. Actualmente el edificio se encuentra completamente abandonado.
Confitería Bombonniere, Av. Boedo 1047


En esta fotografía podemos observar el estado de deterioro de lo que fue esta importante Confitería. El local de venta de electrodomésticos Rodó ocupa el predio donde se hallaba el Cine Teatro El Nilo.

Placa de la Junta de Estudios Históricos de Boedo de 1998 en recuerdo del Circo Politeama, Teatro de Verano de González Castillo y del Cine Teatro El Nilo.
Los cafés de Boedo

Quizá el más famoso por la trascendencia que le diera Homero Manzi en su letra del tango “Sur” con música del Aníbal Troilo y la creencia generalmente aceptada que esos versos fueron escritos en sus mesas,- algunos arriesgan que fue exactamente sobre uno de sus grandes ventanales que dan a la calle Boedo- es el que se encuentra en la esquina noroeste con San Juan. Por tal motivo, merece la especial mención de extenderse sobre su historia: Originalmente el local destinado a la sastrería “Los dos Petisos” cesó su actividad y dio paso a un extenso y rectangular café cuyo lateral más extenso era y es, frente a la Av. Boedo. Su primer nombre fue Café "Del Aeroplano” y en una de sus paredes estaba dibujado un avión con la imagen de Jorge Newbery. También se menciona que allí nacieron los compases del vals que lleva ese nombre (1927)
Vals "El Aeroplano"


Tango "Sur"




















Hacia 1937, el local fue adquirido por inmigrantes japoneses que, manteniendo el rubro comercial le cambiaron el nombre, acaso por nostalgias de su lejana tierra por más de una década el café se denominó "Nippón" hasta que a mediados del año 1948 y con nuevos propietarios fue rebautizado con el nombre de "Canadian" que sería el más duradero que tendría hasta nuestros días. Por más de cuatro décadas llevaría esa identificación hasta que en postrimerías de la década del’80 la modernización orientada más al sentido turístico que al histórico le diera su nombre actual: Homero Manzi.

Homero Manzi. 





Esquina Homero Manzi en la actualidad


Esquina Homero Manzi en la actualidad

Especialmente, a partir de loa años ’80 la esquina y el café fueron objeto de los homenajes y el reconocimiento de distintas entidades para con tan histórico sitio. Hoy pueden apreciarse buena cantidad de placas de bronce y no fueron pocos los homenajes musicales realizados con artistas “en vivo” en esa esquina tradicional del barrio.
Placas en homenaje a Homero Manzi
La esquina noroeste de la intersección de San Juan y Boedo, donde se encuentra emplazado el Café Notable Esquina Homero Manzi, recuerda desde 1980 al autor de Sur. Con anterioridad el lugar fue conocido como DelAeroplano, Nipón y Canadian. Fue designada bajo aquel nombre en la década de 80 del siglo anterior. Mediante el Decreto Nº 369 (Ord. 48.039/95) se le otorgó reconocimiento oficial, siendo declarado por el ex Consejo Deliberante como “Sitio de Interés Cultural”. Posteriormente, el 25 de septiembre de 1996 es aprobado por ambas Cámaras Legislativas el proyecto del Senador Felipe Ludueña, por el cual se declara como “Sitio Histórico Nacional”. La Ley lleva el Nº 24.704 (La placa colocada por el Honorable Senado de la Nación equivocadamente cita la ley como Nº 20.704).
Otros cafés de Boedo
  • El Capuchino            Carlos Calvo 3619 – Con actuaciones “en vivo”, el derecho al espectáculo estaba asegurado con la consumición del tradicional brebaje.
  • Dante                         Boedo 745 – Tradicional por su salón de billares. Allí sesionó el movimiento cultural “República de Boedo”

  • Biarritz                       Boedo 868 – Hoy Banco Ciudad. Originalmente llamado “Atlántico”, en su planta alta funcionó la “Peña Pacha Camac” fundada por Don José González Castillo (padre de Cátulo Castillo)
  • La Puñalada           Boedo y Rondeau – Originalmente llamado De la Paz, su ambiente  estaba formado por simpatizantes del Club Huracán.
  • Gran Boedo              Boedo 819
  • Don Vicente              San Juan  entre Colombres y Castro Barros
  • 20 Billares                 Boedo 773
  • Gardel                       Boedo y México
  • El Japonés                Boedo 873
  • Cerrito                      Carlos Calvo y Quintino Bocayuva
  • Bareto                       Carlos Calvo entre Mármol y Muñiz
  • Río de Oro                Boedo y Carlos Calvo

Asimismo destacamos

  • Munich                    Boedo 963 – que ofrecía grandes espectáculos con artistas en su escenario. Son especialmente recordadas las actuaciones de la orquesta de José Basso y el cantor Jorge Vidal.
Bar "La Puñalada"
En todos los comercios mencionados era frecuente encontrar personalidades del arte, del deporte y de las letras. Entre los asistentes más notorios y recordados merecen destacarse a Homero Manzi, Alberto Vacarezza, Elías Alippi, Pedro Bidegain, Julián Centeya, Ernesto Franco, José F. Sanfilippo, Oscar Bonavena; Osvaldo Pugliese, José González Castillo. Cátulo Castillo, Sebastián Piana, José Gobello, Francisco Reyes y tanto otros nombres que se mezclan en el tiempo y la distancia.

Cátulo Castillo (1906-1975)



Acaso debido a que desde sus orígenes el barrio fue frecuentado por payadores y artistas originales de circo y luego saineteros de teatro, desde principios de siglo los hombres de letras tuvieron en Boedo un refugio apto para desarrollar – con vuelo poético muchos de ellos – sus inquietudes literarias.
Ya habían desfilado por sus pulperías nombres de la talla de José Betinoti, Federico Curlando, Gabino Ezeiza, Higinio Cazón cuando dejaban atrás su adolescencia y se juntaban en los cafés otros nombres, hasta entonces ilustres desconocidos o incipientes artistas.

José Betinoti (1878-1915)










De esa forma aparecieron Dante Linyera (Francisco Bautista Rímoli); Homero Manzi (Homero Manzione Prestera); José González Castillo; Cátulo Castillo (Ovidio Catulo González Castillo) y  Sebastián Piana por nombrar algunos y no todos ante el temor de olvidar a otros.


Sebastián Piana (1903-1994)








José Gobello (1919-2013)














Ante tales evidencias, Boedo ha quedado inexorablemente ligada al tango y algunos autores y compositores se han encargado de dejar testimoniado para la posteridad su recuerdo y homenaje al barrio que los vio nacer, crecer o desarrollarse en sus actividades.



Homenaje del Grupo Artístico de Boedo a la figura de Aníbal Troilo (1914-1975) Mural pintado en Las Casa y Boedo
"Aníbal Troilo "Pichuco" fue un bandoneonista, compositor y director de orquesta, uno de los más importantes del tango argentino. A los 10 años su madre le compra su primer bandoneón con el que tocó casi toda su vida. Trabajó con Cadícamo, Castillo, Goyeneche, Manzi, Marino, Piazzolla, Rivero, entre otros. Una de sus frases emblemáticas hoy nos toca a los cuervos muy de cerca, si San Lorenzo en definitiva tiene alma de tango."











































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