sábado, 18 de julio de 2020

Grupo de Boedo

...”Boedo era la calle, Florida la torre de Marfil”.
                                                                                            Álvaro Yunque

"Calle industrial" A. Bellocq
Todo barrio tiene sus mitos fundacionales, no siempre coincidentes con los hechos de su historia, y son estos mitos los que definen su identidad en el imaginario popular. Pompeya nació alrededor de la curtiembre de Luppi y Villa Crespo en torno a la Fábrica Nacional de Calzado, pero Pompeya es también -en gran parte- la imagen poética que nos legó Homero Manzi y Villa Crespo es el conventillo de la Paloma de Vacarezza; Palermo fue la residencia de Juan Manuel de Rosas y la barriada de Evaristo Carriego, pero asimismo ha perdurado la imaginería de la “mitología de puñales” borgesiana. Podrían ser muchos los ejemplos en que el arte y la literatura -o el tango, otro gran creador de mitos- se han superpuesto o amalgamado con la realidad histórica para configurar un pasado con el que se referencia el porteño. Pero existen dos barrios en que el fenómeno artístico asume un rasgo identitario tan fuerte como el propio club de fútbol local: La Boca y Boedo: Boca Juniors y el movimiento plástico en el primer caso, San Lorenzo de Almagro y el llamado “Grupo de Boedo” en el segundo.
ESCRITORES DEL “GRUPO DE BOEDO”
   Allá por la década de 1920 un alemán llamado Francisco Munner abrió un negocio de cigarrería, librería y papelería en la avenida Boedo 841 en cuya trastienda se fue formando una tertulia de escritores, plásticos y gente de teatro vinculada de una u otra forma al barrio En los fondos del mismo edificio, entrando por la puerta del 837/39, estaba afincado Manuel Lorenzo Rañó, un impresor gallego, por lo que cuando Munner decidió publicar una colección de libros baratos titulada Las Grandes Obras, la sociedad surgió naturalmente. Con un precio de veinte centavos de la época y frecuencia semanal, los cuadernillos se vendieron por millares llegando a editar, entre 1922 y 1924, 89 títulos con nombres fundamentales de la literatura universal, del pensamiento anarquista como es el caso de Miguel Bakunin, Pedro Kropotkin, Pietro Gori, Rafael Barrett, Alberto Ghiraldo o Alfredo Bianchi, publicando asimismo algunos trabajos los jóvenes Leónidas Barletta, Juan Pedro Calou, Elías Castelnuovo y Nicolás Olivari.

Manuel Lorenzo Raño 



    Las versiones sobre la constitución del Grupo de Boedo como tal son dispares, tanto por parte de la crítica como de sus diversos integrantes que terminaron distanciados: difieren en cuanto a quiénes integraron el grupo en sus distintos momentos, cuáles publicaciones se pueden considerar “orgánicas” del mismo, etc. Pero en cuanto a los hechos concretos solamente Castelnuovo ha dado reiteradamente una versión pormenorizada, pero creemos que veraz en lo sustancial: “(…) el diario La Montaña organizó un concurso de cuentos y poesía, cosa muy rara en esa época. Corría el año 1922 y a mí me distinguieron con el primer premio (…) El concurso de La Montaña ayudó a la formación del grupo de Boedo. El segundo premio lo obtuvo Manuel Rojas, chileno, el tercero Leónidas Barletta y el cuarto Roberto Mariani. Lo cierto es que entre nosotros nos desconocíamos totalmente hasta el punto que yo ignoraba que el linotipista que trabajaba en la otra máquina y que era Manuel Rojas había participado en el concurso (…) Nicolás Olivari me escribió; había leído "Notas de un literato naturalista" y lo halló tan bueno que me mandó una carta alentadora. Le contesté sugiriéndole que nos reuniéramos para hacer algo juntos. Yo a mi vez había leído un libro de cuentos que me impresionó muchísimo, de un tal Lorenzo Stanchina y dio la casualidad de que fuera amigo de Nicolás Olivari. El grupo se integró y desembocamos en un conventillo de Boedo al 800 donde tenían una imprenta muy grande y cuyo dueño era Lorenzo Rañó. Allí mismo funcionaba la editorial Victoria que después pasé a dirigir. En ese mismo inquilinato poco después se fundó Claridad cuyo propietario era Antonio Zamora y, en el cuarto de enfrente, funcionaba Peñas de Francisco Munner. O sea que disponíamos de tres aparatos de difusión ya que las tres editoriales eran importantes y teníamos la ventaja de reunirnos allí mismo”.1


   El premio al que se refiere Castelnuovo fue conferido a su colección de cuentos "Tinieblas", publicado por la Editorial Tognolini en 1923, que al año siguiente ganaría el Primer Premio Municipal e inauguraría la serie Los Nuevos de Claridad, integrada hasta 1927 por "Malditos", también de Castelnuovo, "Versos de la calle" de Álvaro Yunque, "Los pobres" de Leónidas Barletta, "Cuentos de la oficina" de Roberto Mariani, "Tangarupá" del uruguayo Enrique Amorim, "Versos de una"… de Clara Beter (seudónimo de César Tiempo, o sea Israel Zeitlin), "Los bestias" de Abel Rodríguez, "Desventurados" de Juan I. Cendoya y Miseria de Quinta Edición de Alberto Pinetta, colección que, como se puede apreciar, definía la posición estética e ideológica del movimiento. Las afinidades con esta posición impulsaron, seguramente, a Antonio Zamora a replantear Los Pensadores a partir del número 101 de diciembre de 1924, cuyo subtítulo “Publicación de Obras Selectas” se convierte en “Revista de selección ilustrada, arte, crítica y literatura” convocando para ello a sus jóvenes vecinos de edificio. Bajo esta denominación publicará 22 números hasta junio de 1926 con la colaboración casi permanente de Barletta y Castelnuovo y, en menor medida, de Yunque, César Tiempo, Gustavo Riccio, Roberto Mariani, Juan I. Cendoya, Abel Rodríguez, Juan Lazarte, Herminia Brumana, José Salas Subirat y Julio Barcos entre otros, a la vez que las ilustraciones y tapas corren por cuenta de Vigo, Facio Hebecquer y José Arato. Aún menor es la participación de Enrique Amorim, con dos participaciones, de Nicolás Olivari y de Roberto Arlt, con un trabajo cada uno.


Mientras tanto, la empresa editorial prosperaba y en agosto de 1925 se traslada al barrio de Constitución, en Garay 1402, aunque seguía imprimiendo en los talleres de Independencia 3531-35 para finalmente, en agosto de 1927 adquirir su edificio propio en San José 1641 donde perdurará hasta su extinción.













Leónidas Barletta (1902-1975)






                                 César Tiempo, nacido Israel Zeitlin, (1906-1980)
                            Escritor, periodista, editor, dramaturgo y guionista argentino. 












































1-. Reportaje a Elías Castelnuovo en Aunarte. Cooperativa de Trabajo Artístico. Buenos Aires, enero-febrero de 1982.

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