martes, 7 de julio de 2020

Recorriendo la Avenida Boedo


Imágenes de Boedo antiguo
    Durante décadas Boedo no fue más que tierras vastas frente al oeste de San Cristóbal y el sur de Almagro, que tenían el trazado actual de calles y pasajes. La avenida Boedo era el límite oficial de la ciudad para el año 1850 (plano de Surdeaux). Lo que hoy es el barrio propiamente dicho pertenecía al partido de San José de Flores. La esquina de Independencia y Boedo ya estaba delimitada tal como la conocemos hoy, según el mapa, pero sin edificaciones.
   Los años sucesivos se concentró la actividad mercantil sobre avenida Boedo, que cobró relevancia por su conexión con Pompeya y Avellaneda. En tanto, la ciudad se extendía hacia el oeste. En la década del ochenta se anexaron los pueblos de Flores y Belgrano. La llegada del tranvía (en los años sesenta a caballo y luego a fin de siglo eléctricos) potenció aún más esta situación.

Público aguardando el tranvía en el refugio central de la avenida Boedo esquina San Juan.
 Circa 1948.
   En lo que respecta a la vida en el Boedo de fines de siglo, en la esquina de Independencia ya no había ni Cuitiño ni inundaciones. La urbanización se hacía sentir junto a la oleada inmigratoria europea. Buenos Aires era la “Gran Aldea” con un pituco centro histórico y una periferia en ascenso.
   Tanto Independencia como Boedo eran avenidas doble mano y por allí pasaban varías líneas de tranvía. Había casas chorizo italianizantes; algunas se conservan en pie.
  
Av. Boedo 900, casi esquina San Juan
    Con el crecimiento del barrio llegó a funcionar la Academia Pitman que se había fundado en Buenos Aires en el año 1919, con la finalidad de que sus alumnos obtuvieran el título de secretaria. Eran once meses de estudio con un alumnado mayoritariamente femenino. Se estudiaba taquigrafía según el método ideado por Isaac Pitman en Inglaterra: un sistema de dactilografía, teneduría de libros y secretariado.



  Mirada con desprecio por las entidades universitarias, eso no fue obstáculo para su rápida expansión, especialmente en la Capital Federal y Gran Buenos Aires. Las décadas del 40 y del 50 fueron su época de máximo esplendor: sus cursos breves brindaban el soporte necesario para aspirar a una posición laboral superior, especialmente entre la clase media y la obrera. La disciplina era severa: no se toleraban desórdenes en un curso que capacitaba a los estudiantes para la obtención de un buen estilo comercial adaptado a las exigencias del momento.
    La Academia Pitman disponía de una Oficina de Empleos que brindaba salida laboral a todos sus alumnos, que se daban el lujo de elegir el que más les convenía. Cerró en 1993, pero antiguos empleados retomaron el manejo de diversos institutos, utilizando el nombre como franquicia, pero con nuevos programas de estudio adaptados a la época actual. 
   En su apogeo, llegó a tener 42 sucursales en Capital Federal, Gran Buenos Aires, las provincias y Uruguay.

    La primera sede de las Academias Pitman fue la de  Boedo 729. Luego funcionó en un edificio ubicado en Boedo 981.


 En su primera sede hoy funciona el Banco Superville.
  En esta foto se pueden apreciar los edificios que aún se conservan  sobre la avenida Boedo al 700.

    

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