El "Castillo de Sandro" está ubicado en la avenida Pavón 3939
Los biógrafos del cantante Roberto Sánchez, conocido como “Sandro de América” relatan que en 1979 recorriendo ese sector descubrió la luna llena posada sobre una casona antigua e imaginó un espacio donde materializar su arte. Al año siguiente compró la antigua casa, la hizo demoler y diseñó personalmente el “castillo” que hizo construir.
Fue la sede discográfica del cantante, espacio de ensayos y albergó su oficina personal y la de su representante, Aldo Aresi. En 2003, Sandro la disfrutó por última vez cuando ensayó y grabó "El hombre de la rosa". Sus problemas de salud le habían diagnosticado un enfisema pulmonar en 1998- lo obligaron lentamente a salir del show, pasar largo tiempo internado hasta morir en Mendoza, el 4 de enero de 2010, tras un complejo trasplante bipulmonar.
En 1980, Roberto Sánchez compró una propiedad ubicada en Pavón 3939, originalmente una casa chorizo con 8,66 metros de frente por 60 de fondo. Ordenó la demolición completa y él mismo hizo los planos del nuevo proyecto, aunque su vocación por el dibujo se había limitado, hasta entonces, a bocetos de vestuarios y coreografías.
Aunque los planos fueron diseñados por Sandro, fueron supervisados y firmados por un arquitecto y aprobados el 27 de noviembre de 1985. El “Castillo de Sandro” tiene 850 metros cuadrados cubiertos, en dos plantas, con desniveles y detalles de vitrales que le otorgan a ese espacio un marco de fantasía misterio y especial fascinación.
Fue la sede discográfica del cantante, espacio de ensayos y albergó su oficina personal y la de su representante, Aldo Aresi. En 2003, Sandro la disfrutó por última vez cuando ensayó y grabó "El hombre de la rosa". Sus problemas de salud le habían diagnosticado un enfisema pulmonar en 1998- lo obligaron lentamente a salir del show, pasar largo tiempo internado hasta morir en Mendoza, el 4 de enero de 2010, tras un complejo trasplante bipulmonar.
En 1980, Roberto Sánchez compró una propiedad ubicada en Pavón 3939, originalmente una casa chorizo con 8,66 metros de frente por 60 de fondo. Ordenó la demolición completa y él mismo hizo los planos del nuevo proyecto, aunque su vocación por el dibujo se había limitado, hasta entonces, a bocetos de vestuarios y coreografías.
Aunque los planos fueron diseñados por Sandro, fueron supervisados y firmados por un arquitecto y aprobados el 27 de noviembre de 1985. El “Castillo de Sandro” tiene 850 metros cuadrados cubiertos, en dos plantas, con desniveles y detalles de vitrales que le otorgan a ese espacio un marco de fantasía misterio y especial fascinación.
Un dibujo del castillo firmado por Sandro |
Está rematado con una torre almenada y aberturas ojivales, una mezcla de estilos moriscos y españoles que le dan el aspecto de castillo. La última vez que lo habitó Sandro fue en el año 2003 cuando realizó los ensayos y grabaciones de “El hombre de la rosa”.
Actuó en 16 películas y fue el primer latinoamericano en cantar en el Madison Square Garden. En 2005 recibió un Grammy Latino. Su historia también se vincula con la industria del disco en su etapa formativa en toda América Latina, en los años 60.
Sandro nació el 19 de agosto de 1945 en la Ciudad de Buenos Aires. Durante su niñez y adolescencia vivió en Valentín Alsina y más tarde compró una residencia en Banfield, ambas localidades bonaerenses. Su abuelo paterno de apellido Popadópulos, era de origen húngaro, pero al migrar a España lo cambió a Rivadullas. Como pertenecía al pueblo Rom su nieto recibió el apodo de “El Gitano”. Cuando nació, sus padres quisieron llamarlo Sandro, pero como en ese momento no era un nombre permitido por el Registro Civil, lo llamaron Roberto.
Se puede apreciar el retrato que le hizo el dibujante Aldo Sessa, la colección de diversos instrumentos musicales, su vaso de whisky preferido (una de las máximas debilidades del ídolo), la copa con la que tomaba su religioso Martini a las cinco de la tarde. El cáliz y la bandera argentina que utilizaba en algunos de sus conciertos le ponen rúbrica a un marco de recuerdos impresionante.
Con esta imagen va mi amistoso recuerdo a Roberto Sanchez "Sandro" tomada en una sesión inolvidable en mi estudio. Modesto homenaje a un famoso artista, gran persona. © Aldo Sessa. 1994.La mano de Sandro está detrás de todo lo que se ve en este edificio: las arañas, los faroles y los enrejados de hierro macizo, los arcos entre góticos y moriscos, los vitrales. El frente es tal cual cómo él lo dibujó, primero en 1985, y luego en 1987, cuando decidió agregar una planta más.
Una pequeña parte de su extenso legado musical que incluye 52 discos, más de ocho millones de copias y 16 películas, puede verse en el "castillo", entre ellos, algunos de sus instrumentos musicales.
Terraza del Castillo |
Patio del Castillo
Se exhiben objetos que refieren tanto a su historia personal como a su carrera artística. En la planta baja del castillo funciona un bar-museo, donde se pueden ver, entre otras cosas, parte de la escenografía del show El hombre de la rosa (2001), el látigo de la película Embrujo de amor (1970), la bata de seda que vestía cuando saludó a sus fans durante su internación en el Instituto del Diagnóstico, el retrato que le hizo Aldo Sessa, instrumentos musicales, su vaso de whisky preferido, la copa con la que tomaba su religioso Martini de las cinco de la tarde y el cáliz y la bandera argentina que utilizaba en algunos de sus conciertos.
En la página de Facebook se presenta oficialmente este nuevo espacio cultural en la ciudad: "En el corazón del barrio de Boedo, donde el cantante popular argentino Sandro (Roberto Sánchez, Buenos Aires 1945-2010) soñó un castillo para su música y para hacer el estudio de grabación más grande de Latinoamérica, abre sus puertas el Cultural CAVA -Centro de las Artes y la Viticultura Argentina-."
"Será una puerta abierta para quienes deseen compartir maneras de pensar y experimentar, siendo conscientes que el estado actual de nuestro mundo requiere con urgencia de hombres y mujeres reflexivos, conocedores de la realidad y de sus posibilidades de cambiarla.
Desde sus talleres, Cultural CAVA propone una vía de encuentro donde hallar espacios de plena realización, felicidad, disfrute y desarrollo, ofreciendo actividades para todas las franjas etarias y abordando temas que van desde alimentación saludable, pasando por reciclado, las artes en todas sus expresiones, inserción laboral en los nuevos contextos, entornos de bienestar personal, familiar y comunitario.
Como parte de nuestra cultura, pondrá énfasis en la promoción de la viticultura, en particular la desarrollada por pequeños y medianos productores y bodegueros argentinos que desean divulgar sus modos de hacer. Los amantes de nuestra bebida nacional encontrarán talleres de vino pintura, arte entre copas y experiencias wine&arts."
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