Esta Plaza Mario Abel Amaya, en realidad, una pequeña plazoleta de escasos metros cuadrados en la calle Constitución entre Colombres y Boedo la forman los retazos del acceso a la autopista.
Lleva el nombre de Mario Abel Amaya (1935-1976), abogado y político argentino, activista reformista en la universidad y miembro de la Unión Cívica Radical que fue detenido-desaparecido en 1976 por el V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca y murió como consecuencia de las torturas a las que fue sometido.
En 1973 fue elegido diputado nacional en su distrito de la Provincia de Chubut, desempeñándose en el cargo hasta el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. La plaza tiene una placa en su homenaje que reza lo siguiente:
En 1973 fue elegido diputado nacional en su distrito de la Provincia de Chubut, desempeñándose en el cargo hasta el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. La plaza tiene una placa en su homenaje que reza lo siguiente:
Dolavon, Chubut 3/8/1935
Cárcel de Devoto, Buenos Aires 19/10/1976
A quien fue ejemplo de militancia popular y abogado,
a quien solo le importó la justicia,
la vigencia del estado de derecho,
el compromiso con su pueblo y los DD HH,
llevando a lo mas alto de la vida el ejercicio
de la noble actividad política, a quien demostró que
"en política no se hace lo que se quiere o se puede,
se hace lo que se debe".
Buenos Aires, 3 de Agosto de 2011
Boedo tanto como Almagro, Balvanera y San Cristóbal, son los barrios menos favorecidos en “espacios verdes” de toda la Ciudad de Buenos Aires.Tras conquistar su única plaza, Mariano Boedo recuperó otro pequeño pedacito de espacio verde.
A esta plazoleta la llamaron también “Plaza de los Aromas”, porque le plantaron especies que, por su fragancia, guiaban a los ciegos que buscaban en ella un perfumado descanso, ya que sobre Avenida Boedo al 1100 funciona APANOVI, la Asociación Pro Ayuda a los No Videntes. Se trata de una entidad cuya comisión directiva está formada en un 60% por personas ciegas o disminuidas visuales.
La institución cuenta con un taller de bastones, donde los ensamblan, les ponen el elástico, la puntera y el mango. Luego se donan a escuelas y tienen ventas de pago parcial. También los dan sin cargo a aquellas personas que no puedan pagarlos.
Además, la entidad da cursos de computación a principiantes, cuenta con un abogado que asesora a personas ciegas, con un espacio de personas que les leen a las personas ciegas y también tienen un gimnasio con dos profesoras.
Además, promueven el uso de los bastones verdes en aquellas personas con visión disminuida. “Había mucha agresión por parte de la gente a los disminuidos visuales, generaban sospechas”, reveló y precisó que el uso del bastón verde hoy está reglamentado por ley.
Después de varios años de “ocupada”, y sin ciegos ni niños, el lugar se deterioró por completo. Sin embargo, hace pocos meses fue reabierta. Cuenta hoy con un mural, bancos para lectura, cuidador permanente y sanitarios. La plaza lleva de nuevo el nombre del dirigente radical asesinado en épocas de la dictadura, ha vuelto a tener rejas y también ha vuelto a ser un espacio para mamás con niños, vecinos que leen y algunos ciegos que por fin recuperan su escaso hábitat.
La plaza cuenta con rampas de acceso, sector de juegos de mesa, sector de descanso y juegos infantiles.
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